Lamentable incidente ¿Cierto?

Era el destino, sí, definitivamente el destino estaba empeñado a hacerle la vida imposible este ciclo escolar. Primero, empezar las mañanas con Historia de la Magia. Segundo, reducir los tiempos de entrenamiento de Quidditch por cuestiones climáticas -que lamentablemente estaban fuera de las manos de los directivos controlar- y por último, acabar su día teniendo pociones. ¡Ah! pero como si no fuese suficiente, clase compartida con Slytherin. -Genial- ironizó.

Amos, Jac y Ted habían decidido sentarse cerca porque por más que trataran, tres días no era suficiente para ponerse al corriente de todo lo que habían hecho en las vacaciones -sin mencionar las cartas que se enviaban por lechuza cada determinado tiempo- Slughorn hizo acto de presencia, y para variar... no había nada nuevo en él. Ted volvió a su conversación mientras el profesor seguía dictando una serie de sandeces. Lo hubiese ignorado de no haber sido que sus oidos escucharan la palabra 'Pareja' Bien, Jac y él podían ser un equipo y seguro Amos podía arreglárselas con Aiden o al menos eso esperaba, pero en cuanto reaccionó su nombre ya había sido lanzado al aire junto el apellido 'Black'

-Excelente, el día empieza a ponerse mejor- pensó Ted, quien inocentemente -sí digo inocentemente porque así fue- pensó que su compañera de equipo sería Andrómeda. Pero no fue hasta que sus ojos divisaron una cabellera rubia hablando con Slughorn cuando cayó en cuenta que esa clase era la que compartían con Slytherin de Quinto Curso, no de Sexto. -Estoy jodido- espetó en voz baja, pero con un pequeño dejo de diversión.

Se encaminó hacia el armario y tomó un par de ingredientes que necesitaría para la poción. Narcissa no era como Andrómeda o Bellatrix, ella era la más... delicadita de las tres -por llamarlo de alguna forma- por lo que, si quería salir librado, tendría que jugar bien sus cartas. -Srita Black, no tiene idea de cuán afortunado me siento por ser su pareja. Pero permítame ayudarle con esos ingredientes, no vaya a ser que accidentalmente se estropeen- jodió un poco, pero ¡No podía evitarlo! Además ¿Sería capaz de hacer algo Black dentro del salón? No lo creía, por lo que tenía entendido la pequeña serpiente era más astuta de lo que se veía. -Hagamos esto rápido, así no tienes contacto conmigo y problema resuelto, ya sabes... soy sangresucia- e imitó el acento que hacían los Slytherin cuando se referían a él de esa forma. -Será divertido, o al menos lo haré divertido- pensó finalmente, mientras se disponía a revolver los primeros ingredientes de su poción.

La mueca que había mantenido en su rostro instantes atrás se hizo cada vez más marcada y burlona. Le estaba siguiendo el juego y eso era algo que ya había previsto. Si en cambio, su compañera hubiese sido Bellatrix estaba seguro que las cosas hubieran tomado otro rumbo, todo el castillo conocía lo loca e histérica que podía ser la Slytherin mayor, y que ella, a diferencia de sus hermanas no medía las consecuencias de sus actos y que, al igual que él, se dejaba llevar por sus primeros impulsos. -Eso no debería ser algo que le preocupase Black, ¿Conocida Torpeza? ¡Por Merlín! ¿A caso no sabe que si algo me caracteriza es mi destreza física? Por nada llegué a puesto de Capitán de Quidditch, Porque sí, una cosa es que me cuesten trabajo las materias, y otra muy diferente a que sea un completo torpe que no es capaz siquiera de mantener los ingredientes en equilibrio- agregó con cierta molestia, porque no iba a dejar que Narcissa le menospreciara, porque no tenía razones válidas y porque así era su temperamento a éstas alturas del partido.

Observó cómo la menor de las Black acomodaba los ingredientes con pulcritud y después se disponía a empezar a trabajar en la poción. Era algo bueno, después de todo no tendría una mala nota ese día, y a pesar de tener el martirio de soportar a la serpiente, la clase duraba únicamente cuarenta y cinco minutos, pasarían rápido. -Debo decir que estoy impresionado. Narcissa Black.. ¿arremangándose la túnica? ¿Dejando el glamour a un lado y haciéndose una coleta para... disponerse a trabajar? O estoy delirando, o simplemente es mi día de suerte, y yo pensé que las princesitas como tú sólo se disponían a dar órdenes- le comentó, no para joderle sino porque eso era lo que estaba pensando en esos momentos.

Ted era alguien quien no podía mantener la boca cerrada, si algo pensaba y/o sentía lo expresaba, y a pesar de que -en varias ocasiones sus padres le habían advertido no ser tan directo- el chico seguía haciendo lo mismo, se había convertido en parte de su personalidad. -Bien, como somos un equipo y veo que ya estás trozando las raices, empezaré a calentar el caldero y me voy a poner a leer el procedimiento una vez más...- que necesitaba estar seguro, un accidente en Pociones y acompañado de Narcissa, seguro que al día siguiente tendría a toda la bola de matones de Slytherin pidiéndole cuentas, y no les tenía miedo, pero era mejor evitarse problemas ¿O no?

Cogió el libro en sus manos y rápidamente localizó la página que andaba buscando. Tenía que concentrase, lo había prometido, y no podía dejar que Narcissa estuviera blasfemeando y después que ella misma hiciese que Tonks se tragara sus propias palabras. Trató de recordar sus clases con Andrómeda, si ella hubiese sido su compañera de seguro que ya habrian terminado la poción, porque a diferencia de la Rubia, Meda siempre era paciente y tolerante con él, le explicaba las cosas, le decía cómo hacer los procedimientos más sencillos y eso era lo que le había valido al momento de presentar los TIMO's. -Sí, Narcissa sabía que la noticia te iba a dar muchísimo gusto, no fallé ¿cierto?- ignoró su comentario y contrarrestó haciendo otro con un tono marcado de sarcasmo. Tal vez las rachas de Hufflepuff no habían sido las mejores en los últimos años, pero ahora todo era distinto. Ted estaba al mando, y él no iba a permitir que el equipo se viniera abajo. ¡Pondría todo de su parte por hacer sentir orgullosos a los tejones aunque fuese una sola vez en su vida! Además, no era tan dificil, solo bastaba trabajo, dedicación y esfuerzo, eran la clave para el éxito, y con la determinación que Tonks tenía, eso sería una tarea bastante sencilla de realizar. -Aunque hablando de eso, si yo estuviera en tu lugar tampoco me sentiría tan orgulloso de decir eso. ¿Que no fue Gryffindor quienes les patearon el trasero en la final de Quidditch? Jo... todavía recuerdo el rostro que pusieron cuando Potter cogió la snitch, un gancho en el higado ¿No, Black?- se burló, que él también podía hacerlo, y -en su opinión- era más divertido.

Siguió absorto en su lectura y una vez que logró asimilar lo que tendría que hacer, decidió poner manos en acción. Tomó un par de plantas que tenía cerca y empezó a molerlas con cuidado -pero poniendo la fuerza suficiente como para que quedaran en vil polvo- cuando la voz de Narcissa volvió a sonar. -Vaya, vaya, vaya. A ver ¿cuánto tiempo tenemos hablando? Me alargo si son más de diez minutos, y ya me estás proponiendo cosas sucias. ¡Por Merlín! Sabía que era guapo, que algunas chicas querían andar conmigo, pero no sabía que tenía que agregarte a la lista Narcissa- le jodió, que eso de 'sé hacer muchas cosas con mis manos' le sonó más pervertido de lo que la rubia se pudo haber imaginado -Lo siento, pero ¿cuántos años tienes? ¿Trece, Catorce? Sería muy aprovechado de mi parte si permito que algo pase entre nosotros. Pero considérame tu amor platónico. ¿Buena idea?- sabía que estaba jugando con fuego, y que en cualquier momento se podía quemar, pero valía la pena correr el riesgo, se estaba divirtiendo.

-¿Traductores? No, no estoy leyendo parsel, pero en cuanto requiera tu ayuda te aviso. No te preocupes- dijo como si nada, mientras se disponía -ahora sí- a terminar su trabajo y seguir preparando la poción para Slughorn.

Ted seguía esforzándose, moliendo con cuidado las hojas de las plantas, para después depositar el contenido en un par de recipientes con forma rectangular que tenían sobre sus escritorios. La voz de Narcissa volvió a sonar una vez más, por lo que después de escuchar su 'comentario' Ted se limitó a sonreir y para después agregar -Gracias por los buenos deseos, y claro pondré todas mis ganas en hacer que el equipo gane su primer partido en las próximas semanas. Ni sabes con quiénes tendremos el partido de inauguración. Una pista: Son verdes y se arrastran- dijo de forma divertida, mientras se dirigía a revisar que el Caldero estuviese en la temperatura idónea para comenzar con la poción.

¡Hubieran visto el cambio en su rostro! Porque aunque fue mínimo, Ted sabía que Narcissa se había incomodado con su comentario. Escuchó, siempre lo hacía... -No se llama ego abismal Narcissa, se llama realidad, te aseguro que si le preguntas a tus dos amigas que están allá...- y apuntó a un par de chicas que cotilleaban entre ellas -te dirán cuánto desean porque les invite a salir- que bueno, Ted no se consideraba un chico mujeriego o que anduviera con una chica y después con otra, pero también tenía lo suyo, tenía sus cartas bajo la manga que esperaba utilizar algún día, cuando encontrara a su pareja ideal.

Frunció un poco el entrecejo. ¿Qué había sido eso? ¿Ninguna Black se fijaría en él? Claro, debían ser esos falsos rumores que empezaban a especularse por el Castillo. Por él, Narcissa y Bellatrix podrían pensar lo que se les diera su regalada gana, pero él no iba a aclararles nada, a fin de cuentas Andrómeda se había portado muy bien con él, y estaban comenzando a tener una bonita amistad -amistad que no pondría en riesgo por nada del mundo- por lo que mantuvo silencio mientras depositaba las hojas molidas dentro del caldero. -Para ser una niña tienes un cáracter fuerte Narcissa, pero relájate... ¿Para qué te enojas? Si lo haces conseguirás envejecer más pronto y te saldrán arrugas en tu hermoso rostro ¿Es eso lo que quieres?- siguió jodiendo, que sus comentarios anteriores no sufrían ningún efecto en él.

Vaya, hasta que coincidian en un punto. Narcissa tenía toda la razón, una de sus cualidades -o al menos así lo veía Ted- era el 'siempre tener algo que decir' Tonks era capaz de mantener conversaciones por largo tiempo, y es que de alguna forma u otra, siempre se le ocurría algo que decir, alguna broma, un chiste de mal gusto o simplemente una anécdota graciosa, pero en efecto, si algo caracterizaba al castaño es que nunca paraba de hablar -para más información consultar a Amos o Jac- Slughorn y yo somos buenos amigos, ¿Sabías que dicen los rumores que tiene algo así como un club privado? ¿Genial, cierto? Y Bueno, yo sé que me invitará cualquier día de estos, solo está buscando el momento indicado- le aseguró con una confianza notable, mientras terminaba de mezclar el polvo de hada con las plantas que había introducido en el Caldero.

-Claro que no puedo jugar contigo, a menos que decidas aplicar para el equipo de Slytherin- se hizo el desentendido y después continuó con la poción. No agregaría más al tema, pero una vez que Hufflepuff le diera la paliza de su vida a Slytherin, les demostraría con hechos a Narcissa y a toda la bola de serpientes quién tenía más agallas y quién realmente cumplía lo que prometía. -Necesito que me pases los tallos, a menos que tú quieras venir a depositarlos personalmente, como desees- dijo dedicándole una sonrisa, porque después de todo, para Ted, Narcissa no era más que una pequeña niña mimada que estaba acostumbrada a recibir todo en bandeja de plata, que nunca había tenido ningún tipo de carencias, y que gracias a ello, había desarrollado la personalidad que tenía actualmente.

Soltó una leve risa al escuchar lo de la 'Población desesperada' -Eres cruel Narcissa, no deberías expresarte de esa forma de tus amigas. ¿Dónde quedó eso de que los amigos son para siempre? ¿Que siempre van a estar ahí cuando lo necesites? ¿O acaso no tienes amigos Narcissa? Qué triste es estar solos la mayor parte del tiempo- agregó sinceramente, porque él, gracias a Merlín había conseguido los mejores amigos que cualquier mago podía pedir. Fieles, cariñosos y sobre todo inseparables, y eso era algo que valoraría por el resto de sus días.

Tras escuchar sus últimos comentarios Ted se puso un poco más serio, pero aún seguía manteniendo la sonrisa en sus labios. -Oh ya me estás amenazando. Nah, no te preocupes, no me interesa tener problemas con ustedes, se me hace una completa pérdida de tiempo, y tengo cosas más productivas qué hacer en vez de estar 'manteniendo una charla amena' contigo o con Bellatrix- que a Andrómeda no la iba a meter, después de todo ella era diferente a sus hermanas. -Y tengo dieciseis, apúntalo... ya sabes con eso de que ahora soy tu amor platónico, querrás saber todo de mi ¿No?- bromeó finalmente mientras volvía su vista al Caldero y lo movía con mayor fuerza que la inicial.

No volaba alto, a menos que de se tratara de Quidditch. Ted era un chico que siempre mantenía los pies sobre la tierra, no se creía mejor que nadie ni tampoco superior, pero sí estaba consciente de cuáles eran sus capacidades, cuáles eran sus aptitudes y hasta dónde podía llegar si se proponía algo. Ted era un chico con determinación, y eso era algo que nadie le podía quitar. -Estoy seguro que eso no pasará Narcissa, pero gracias por preocuparte de nueva cuenta- dijo restándole importancia al comentario que la rubia había hecho.

Notó cómo la pequeña Slytherin le pasaba un par de tallos, acto que le sorprendió -debía admitir- Vaya, al menos no era tan descortés como había pensado, quizá y después de todo esa faceta de 'Chica educada y con buenos modales' le era creible. Mantuvo su sonrisa al escuchar el sermón que le había aventado. -Oh cierto, olvidé mis modales en casa durante el verano, deberé decirle a mi madre que los envíe por lechuza, Lamento mucho mi comportamiento Srita Black- dijo irónicamente mientras seguía trabajando en su poción. Ya había sido suficiente, pensó después. No debía empezar a excavar su tumba tan pronto, además -por alguna extraña razón que sólo Merlín conocía- Narcissa no se había portado tan hosca o frívola como se lo esperaba.

-Oye has tocado un punto importante en todo esto- dijo llevándose la mano al mentón y pensando por unos segundos. -No sé si sea casualidad o mera coincidencia, pero tenemos el mismo pensamiento cuando de amistades se tratan. Una persona puede tener muchísimos conocidos, o personas que estime, pero amigos verdaderos, como tú misma dices sólo se cuentan con una mano, y debo agregar también, que muchas veces hasta dedos sobran- su madre se lo había dicho muchísimas veces, sobre todo porque Ted era un chico que confiaba muy fácilmente en las personas, no creía -cuando era niño- en la maldad de los humanos y eso le había costado que muchos a los que él 'consideraba sus amigos' le hubiesen traicionado en inumerables ocasiones. Le costó trabajo volver a tener confianza en sí mismo y sobre todo en los demás, pero gracias a sus padres, fue una etapa que logró superar con el paso de los años.

Y ahí estaban de nuevo, las amenazas que a él ni la más mínima de las cosquillas le producía. Hizo caso omiso, no quería pelear más, por lo menos hasta terminar la poción. Frunció levemente el entrecejo cuando escuchó el consejo de Narcissa, y no quería hacerle caso, pero eran compañeros de equipo y la nota de ambos dependería de qué tan bien hecha estuviera la poción. Respiró un par de veces y trató de no perder la cordura mientras iba descendiendo la velocidad de la mezcla. Le daría una oportunidad, solo una, porque no debía juzgar un libro por su portada, no, hasta conocer su interior.

Tomó con precaución los ingredientes que Narcissa se disponía a entregarle, escuchó su indicación, y lejos de contradecirle o hacer exactamente lo contrario, optó por seguirle el paso, después de todo obtener un Extraordinario en esa poción, haría que su nota final se levantara un poco. Comenzó a vertir poco a poco los ingredientes hasta observar cómo se iban fundiendo al hacer contacto con el agua hirviendo. Una vez que hubo ingresado los ingredientes regresó a tomar otro trozo de higado y empezar a despellejarlo como Narcissa se encontraba haciéndolo.

Y lo había estropeado, por fortuna no había cogido ninguna planta venenosa o alguna que pudiera darle alegria en el rostro, pero sí se le había pasado por alto ese pequeño detalle -Gracias, supongo, aunque fue intencional, quería ver hasta dónde llegaba tu humanismo- que las frases de Ted no podían quedar a un lado y mucho menos podía darle la razón a una de las hermanas Black.

El resto de la clase la tomaron en silencio, Ted continuó su trabajo y justamente cuando estaban por terminar la poción, la voz de Narcissa volvió a relucir. -Sí lo sé, tampoco soy un tarado ¿De acuerdo- dijo sin afán de ofender, y manteniendo una leve sonrisa en el rostro. Su tiempo con la menor de las Black no había sido del todo terrorífico, bueno.. hasta el momento.